sábado, 4 de octubre de 2008

…(en una noche de invierno)… (Diego Julián López)

nubes en este gran cielo

nubes de todo a nuestro alrededor
y unas sogas que cuelgan de este acantilado de cemento que se hunde en el mundo

la extraña misión del hombre de pretender ver lo que jamás va a poder…

las construcciones infinitas que se agudizan al este

el polvo de la tierra humanizada a la fuerza bruta cubre dos sabanas blancas. esa gigante sabana se mueve como grandes olas que se derriten en la espuma opaca de la ciudad. esa pequeña sabana que me abriga de los huesos astillados por el frío

el frío de cada gota de hielo traspasa las paredes de papel que albergan litros de vida conjunta…

ahora el cielo me muestra sus venas rojas que quieren estallar y desangrarse sobre nuestro mar de maquinas que lo abren como si fuesen bisturís precisamente afilados.

ese delgado hilo me devuelve a la realidad…

supuestos bimentales (Diego Julián López)

… o la necesidad de estar bien…

tal vez sea eso lo que me mantiene volando a tu alrededor…

o tu voz de sonrisa…

no me exaltan los fruncimientos,
me ahogan en la angustia…

quizás esa solitaria imagen de verte lejos…

a veces pienso que por pensarte tanto me hundo en tus pensamientos,
algunas otras veces esos pequeños impulsos eléctricos me piden dejar de pensar…

no se si realmente este viento que está soplando va a pasar o se va a ir transformando en alguna especie de huracán todopoderoso que con su ojo me va a engañar en el circulo aéreo que hago a tu alrededor…

no quiero que en tu vuelo se interponga una presa mía… y que tampoco en mi aletear se cruce una turbulencia de tus alas…

en una de esas, esa gota que se suspendió, tenga que quedarse ahí…

ojala esa oscuridad retórica encuentre en su camino un gran agujero negro y desaparezca en él…

desearía que mi espalda acribillada por tantas espinas estalle en infinitas fibras rojas…

… no se porque es todo esto…

vision exterior (Diego Lopez)

una mitad mira...
la otra mitad acciona.

una palabra guía...
todos los cuerpos forman.

una mitad habla...
la otra mitad reestructura pensamientos efímeros de un observador pensante.

una música titila en los oídos de los cuerpos que quieren llegar a cosas no conocidas...